martes, 19 de abril de 2011

Texto interesante sobre Ahuehuetes


 
EL AHUEHUETE, EL ANCIANO DEL RÍO
(Taxodium mucronatum)




El ahuehuete puede ser considerado sin duda como uno de los "tatas" o abuelos de los árboles nativos de México, pues su fuerte arraigo a las tradiciones populares y su vínculo a la historia y leyendas prehispánicas, han hecho que sea esta especie la que mejor represente el espíritu de la nación.
Su majestuosa presencia y su longevidad, nos recuerdan a esos ancianos indígenas, fuertes y sabios, cuya experiencia y dignidad les confieren mayor respeto y autoridad conforme pasan los años.
La existencia de este árbol en nuestro territorio es tan antigua, que algunas investigaciones han reportado la existencia de polen fósil de ahuehuetes que data de la época anterior a la llegada del hombre al Valle de México, lo que confirma que se trata de una especie originaria de este país, es decir, no introducida.

Apuesto personaje
Además de sus orígenes ancestrales el ahuehuete es un personaje de singular belleza. Alto (llega a medir hasta 50 metros de altura total) y fornido (su tronco recto es más ancho en la base y su diámetro a la altura del pecho es por lo menos de 2 metros), posee un hermoso follaje formado por hojas delgadas y largas que se mueven con el viento, como si agitara su abundante y verdosa cabellera.
Sus ramas robustas como fuertes brazos, se extienden horizontales y se prolongan al dividirse sucesivamente en ramillas -masculinas y femeninas- para rematar armoniosamente en racimos de frutos, ligeramente abombados, aromáticos y resinosos, con pequeñas vejigas en la superficie.


Bosques de galería                                                         
Si usted viaja en México por los estados de Durango, Guerrero, Michoacán o Oaxaca podrá encontrar entre algunos de sus bosques ahuehuetes que crecen de manera natural en las riberas, brindando al paseante su fresca sombra para descansar, así como un bello paisaje formado por lo que llaman "bosque de galería" (o bosque subperennifolio "ripario"), el cual puede ser apreciado en ciertos óleos de pintores mexicanos de finales del siglo XIX y principios del XX , como José María Velasco, quien impresionado por la magnificencia de esta vegetación la plasmó en algunos de sus lienzos.


El viajero se sorprenderá también al contemplar al ahuehuete quien, como un viejo sentado a orillas de un río se complace en refrescar únicamente sus piernas --vigorosas aún- pues por lo regular este árbol más que hundirse por completo, tiene sólo la base del tronco sumergida en el agua durante gran parte del año.
Y es que -como si buscara revitalizar su añeja pero corpulenta musculatura- sólo el género Taxodium, entre las gimnospermas, crece a orillas de corrientes y manantiales en lugares templados y a muy variadas altitudes (desde los 300 hasta los 2,500 metros sobre el nivel del mar), por lo que al cautivante paisaje boscoso formado por ahuehuetes se añaden refrescantes sonidos de agua. 


Árbol sagrado
En muchas ocasiones se ha pensado en el ahuehuete o sabino como un árbol santo, virtuoso o sagrado ya que además de los rituales que se practican junto a determinados ejemplares para celebrar la bendición que da este árbol-tata a ríos y manantiales, la gente considera que esta es una especie milagrosa que cura las enfermedades.
El árbol que ha dado mayor prestifio al sabino, como especie milagrosa, es el "Arbol Sagrado". Está situado en en el kilómetro 40 de la Carretera Santiago Tianguistengo-Chalma, en el municipio de Ocuilán de Arteaga, en el Estado de México. Se le atribuyen 227 años y tiene 37 metros de altura y 4 metros de diámetro troncal. A su extraordinaria corpuencia se le añade la circunstancia de que entre sus viejas raíces nace un manantial. Se le ha denominado "Arbol Sagrado" porque a su sombra los peregrinos que se dirigen al santuario del Señor de Chalma inician sus ritos religiosos. 

De este árbol se ha dicho: "Extraños ritos se inician desde el ahuehuete, árbol milenario que añade a su extraordinaria corpulencia, la feliz circunstancia de que a sus pies, saltando entre sus viejas raíces, nace un manantial de frescas y transparentes aguas, además de prestar su sombra al peregrino y apagar su sed, razones por las que se llama "Árbol Sagrado". Junto a él, existe la costumbre de bailar. En este mismo lugar muchos peregrinos se ciñen una corona de flores que conservan puesta hasta llegar al santuario de Chalma. Esta es una vieja tradición, ya que antiguamente el peregrino llevaba una señal semejante, por lo que fácilmente se le identificaba y la gente de bien le brindaba confiadamente su techo y mesa" (Fernando Vargas Márquez, en su Compendio de Árboles Históricos y Notables de México, publicado por el Instituto Nacional de Ecología, INE, SEMARNAP, 1996).

Por otro lado, la fama de esta especie, como árbol milagroso se debe también a que en muchos mercados mexicanos o en puestos ambulantes se pueden conseguir partes de la especie que tienen usos medicinales: su corteza (utilizada como diurético); sus hojas (para curar la sarna); su resina (empleada para sanar la úlcera y enfermedades cutáneas, el dolor de muelas y la gota); o su follaje (con lo que se acostumbra adornar los altares de las procesiones en algunos pueblos).

Nombres indígenas
El nombre científico del ahuehuete es Taxodium mucronatum, aunque este vocablo proviene del náhuatl "ahuehuetl" o "ahoéhuetl" y de las raíces atl (agua) y huehue, viejo o abuelo, es decir, "viejo del agua". También es muy conocido como sabino o ciprés de río.
Tan arraigado a la cultura mexicana está que algunos lugares han tomado su nombre a partir de este árbol: Ahuehuetitla (una hacienda de Tula, en el estado de Hidalgo); Ahuehuetitlán (un poblado del distrito de Silacayoapan, en el estado de Oaxaca); así como dos Ahuehuetzingo (en Puebla y Morelos).
En México, las diferentes etnias o poblaciones llaman al ahuehuete de varias maneras, considerándolo de manera muy especial y cercana:

Nombre
Etnia o grupo
Región o estado
Auolí, jauolí o jaoulí
Guarigia
Sonora
Matéoco
Rarámuri
Sierra Tarahumara, Chihuahua
Pentamu, pentamún, pénhamu o o pénjamu
Purépecha
Meseta Tarasca, Michoacán
Quiztsincui
Zoque
Cerca de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Chuche
Huasteco
Sureste de San Luis Potosí
Ndoxinda
Popoluca
Puebla y Tlaxcala
Tnu-yuco o yucún-datura
Mixteco
Región mixteca, Oaxaca
Yaga-guichi-xiña, Yaga-guichi, Yaga-chichi-cino o Yaga-guichi-ciña
Zapoteco
Región zapoteca, Oaxaca

*Fuente: Villa-Salas, Alonso y Martínez. Biodiversitas, Boletín Bimestral de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, año 5 Núm. 25 julio de 1999. "El Ahuehuete", Alicia Elena Martínez Bautista, pp. 12, 13 y 14. http://web.archive.org/web/20061117212617/http://www.conabio.gob.mx/


Netzahualcóyotl
Este viejo y apreciado árbol fue probablemente domesticado por los aztecas con fines ornamentales. Netzahualcóyotl, rey de Texcoco, aficionado a las bellas artes y a la jardinería, tuvo un especial apego al ahuehuete y aún ahora, gracias a la longevidad y resistencia de la especie, conservamos varios de los ejemplares sembrados por orden de este monarca.
Por referencia del cronista novohispano Bernal Díaz del Castillo, sabemos que, en lo que ahora es el Parque Nacional El Contador -ubicado a 5 kilómetros de la ciudad  de Texcoco (en el Estado de México y a orillas del pueblo de San Salvador Atenco)- Netzahualcóyotl poseía un palacio cuyos jardines se encontraban cercados por más de 2000 sabinos, los cuales hizo plantar durante su dominio. Según cuenta Díaz del Castillo, los árboles formaban un gran rectángulo de 800 metros de largo por 400 metros de ancho, orientado este hacia los puntos cardinales e incompleto en los lados norte y oriente.

En 1850 había solamente 500 árboles de los 2000 que mandó plantar Netzahualcóyotl. Estaban ubicados en doble fila y se encontraban dispuestos de tal forma que coincidían con los puntos cardinales, precisa Alicia Elena Martínez Bautista, en su artículo El Ahuehuete, publicado en Biodiversitas, Boletín Bimestral de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad Conabio, año 5 Núm. 25 julio de 1999; pp. 12,13 y 14.
Fernando Vargas Márquez, en su Compendio de Árboles Históricos y Notables de México, publicado en 1996, por el Instituto Nacional de Ecología, INE, de la entonces SEMARNAP, señala también que exisisten actualmente algunas arboledas de ahuehuetes plantadas por el ilustre soberano:
Camino al Lago de Texcoco, en los ejidos de San Felipe y Boyeros, se encuentran 72 sabinos formando un pequeño bosquete, cuya antigüedad es de 500 años aproximadamente. "Estos árboles fueron plantados en la época del rey Netzahualcóyotl", comenta.

Asimismo, indica que se plantaron en esa época 21 ahuehuetes sobre la actual calle Palma y Dos de Marzo, sobre la carretera México-Veracruz. Esta calzada -añade- conducía al rey texcocano a sus baños, localizados en el Cerro de Tezcutzingo.
En la época prehispánica se plantó también un célebre sabino en la primera sección del bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México, cerca de la Tribuna Monumental. Ahí se puede apreciar aún hoy un enorme y viejo árbol al que llaman "El Sargento". Famoso por su majestuosidad, formaba parte de un bosque de ahuehuetes. Su tronco tiene 3.98 metros y su altura llega a los 15 metros y se le atribuyen 700 años de edad. Lamentablemente "El Sargento" murió a causa de la falta de agua, por lo que ahora queda únicamente su tronco.


Un castigo ejemplar
Uno de los antiguos cronistas de la ciudad de México , Manuel Rivera Cambas, autor de México Pintoresco, Artístico y Monumental, comenta en el volúmen II de su obra: "uno de los lugares más notables del barrio de Azcapozalco, en la Ciudad de México, ha sido el Paseo de los Ahuehuetes, ubicado cerca de la plazuela. Estos ahuehuetes monumentales fueron testigos de la grandeza del lugar, desde épocas prehispánicas, tiempo en el cual la especie era altamente valorada por los indígenas". Para ilustrar esto, el escritor nos brinda una singular referencia:
Durante años los aculhúas de Atzcapozalco sometieron a las tribus mexicas, cuando éstas no se habían configurado aún en el poderoso Imperio Azteca que posteriormente dominó nuestras tierras.

Los reyes de Atzcapozalco percibían el tributo de los mexicanos por haberles permitido que se establecieran en su territorio. Cuando todavía como súbditos, los mexicanos eligieron a su rey, el emperador alcahúa Tezozómoc se molestó y tuvo miedo de ser destronado, por lo que, con la intención de arrojarlos de sus tierras o debilitarlos les impuso un tributo que, creía él, era imposible de cumplir, por lo que dijo a los señores de su corte:
"...ya no conviene seguir disimulando, porque sería posible que muertos nosotros, quisieran estos mexicanos sujetar a nuestros hijos y sucesores pretendiendo hacerlos tributarios, según se van ensorbeciendo y subiéndosenos a la cabeza; para que no se atrevan a más, id y duplicadles el tributo que hasta hoy han dado, en señal de reconocimiento y sujeción que nos deben". El tributo que los señores de la corte de Tezozómoc exigieron fueron muchos sauces y sabinos ya crecidos para plantarlos y hermosear los alrededores de Atzcapozalco, así como la construcción de chinampas, cosa que los mexicanos cumplieron provocando nuevamente la ira del rey".



Ahuehuetes famosos
Dos autores nos remiten a viejas historias relacionadas con el ahuehuete: Fernando Vargas Márquez, en su Compendio de Árboles Históricos y Notables de México, publicado por el Instituto Nacional de Ecología, INE, SEMARNAP, 1996 y Alicia Elena Martínez Bautista, en su artículo El Ahuehuete, publicado en Biodiversitas, Boletín Bimestral de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad Conabio, año 5 Núm. 25 julio de 1999. pp 12, 13.
Ambos escritores mencionan al "Árbol de la Noche Triste", cuya anécdota se encuentra entre las más conocidas de la ciudad de México pues en él, Hernán Cortés lloró su derrota ante el ejército azteca.
Bernal Díaz del Castillo narra que después de la derrota que sufrió en la Gran Tenochtitlán la noche del 10 de julio de 1520, Cortés huía por el camino que comunicaba con el pueblo de Tacuba, acompañado de los pocos hombres de su ejército que sobrevivieron. Intentando descansar un poco y abrumado por los sucesos, se sentó en las gradas de un teocalli a donde al conquistador hispano "se le saltaron las lágrimas".
Seguramente este teocalli estaba donde hoy se encuentra el templo católico de Nuestra Señora del Pronto Socorro, localizado en la Calzada México-Tacuba, en la Colonia Popotla de la Ciudad de México. Llegó a tener un perímetro de 15.20 metros y 5.5 metros de diámetro. Su altura fue de 5 metros alcanzó una edad aproximada de 550 y 600 años. Desafortunadamente el "Árbol de la Noche Triste" es también un árbol muerto, que se encuentra sostenido por barras.
El "Árbol del Tule". Probablemente sea el sabino más grueso que se conoce. Está situado a 12 kilómetros al Sureste de la ciudad de Oaxaca, en el Pueblo de Santa María del Tule en Oaxaca, México. Su circunferencia con sinuosidades mide 54 metros; su tronco tiene de diámetro 14.36 metros y su altura total es de 40 metros de altura. Se calcula que tiene una antigüedad de 2000 años. Está considerado como el árbol más notable del estado. El segundo lunes de cada mes de octubre se celebra una fiesta en su honor.
Dada la pérdida de vigor que aqueja al "Arbol del Tule" y puesto que se observa una baja en el manto freático de las dos microcuencas que tienen influencia directa en la localidad a donde este se encuentra, se ha creado una asociación civil, "Mi amigo el árbol" la cual pretende cuidar a este ejemplar único y de alto valor natural y a los que lo circundan, mediante la protección de dichas cuencas.
Hay otro ahuehuete en Xochimilco, en la Plazuela de San Juan, también en México. Es muy antiguo y le nombran "El Sabino de San Juan". Su tronco mide 3.71 metros y tiene 25 metros tanto en su altura como en el ancho de su copa. Su corteza es café rojiza y como frutos tiene unos conos ovales o globosos. Se cree que este árbol tiene entre 600 y 700 años de vida. La población del lugar lo aprecia y lo cuida.
Muchos y muy famosos han sido los ahuehuetes ligados a nuestra historia y leyendas, por lo que motivo de gran orgullo debe ser éste nuestro "viejo del agua" ya que al igual que sus raíces a nuestra tierra, se encuentra arraigado a nuestra cultura y sentimiento nacional.


lunes, 18 de abril de 2011

Algunos Ahuehuetes en Cuernavaca

Incluimos aquí algunas fotos de Ahuehuetes en el Parque Chapultepec de Cuernavaca, pero estaríamos agradecidos si nos mandan más con los datos del lugar donde se encuentra el árbol de la foto.








domingo, 17 de abril de 2011

Nombres de pueblos de Morelos que se derivan del Ahuehuete

En Morelos hay numerosos Ahuehuetes en las barrancas y los ríos, y es por esto que varios pueblos tienen  nombres que se derivan directamente de la palabra Ahuehuete,
como por ejemplo:


Ahuhuecingo: "Entre los pequeños Ahuehuetes"


Ahuehuepan: "Sobre los Ahuehuetes"


Ahuehuetitlán: "Entre los Ahuehuetes…"

sábado, 16 de abril de 2011

Orígen del Ahuehuete


El ahuehuete (Taxodium mucronatum), también conocido como viejo del agua, ciprés de Moctezuma o sabino es una especie originaria de México- Su nombre proviene del náhuatl ahuéhuetl que significa "árbol que nunca envejece". Son enormes y muy bellos, son ejemplo de la grandeza, la fortaleza y perfección de la naturaleza

Son árboles con fronda perene con troncos de diámetros considerables entre 2 y 14 metros y alturas de hasta de 40 metros. Las hojas están ordenadas en espiral y yacen en dos filas horizontales superpuestas y son de uno a dos cm de largo de uno a dos mm de ancho. Produce semillas todo el año, sobre todo entre agosto y noviembre

El origen de estos árboles se remonta a la Era Mesozoica, entre 100 a 200 millones de años, cuando las coníferas dominaban el paisaje y formaban impresionantes bosques primitivos




A diferencia de otros cipreses que habitan zonas pantanosas, los ahuehuetes siempre habitan las orillas de los ríos, arroyos y riachuelos permanentes, donde la base de los árboles se encuentra sumergida la mayor parte del año. Normalmente se acumulan formando galerías de árboles. Viven principalmente a alturas entre 300 y 2500 metros, aunque a alturas mayores es menos abundante




Desde tiempos prehispánicos han sido parte de leyendas y protagonistas de historias de diversas poblaciones. También son llamados penhamu en lengua tarasca, de hecho los nombres de Pénjamo en Guanajuato y Penjamillo en Michoacán significan “Lugar de los árboles ahuehuetes”. Hay muchas otras comunidades que toman su nombre del ahuehuete como Ahuehutitlán en Oaxaca, Ahuehutzingo en Puebla o Ahuehuetitla en Hidalgo

Fuente:

viernes, 15 de abril de 2011

EL TAXODIUM -Taxodium Macronatum Ten- -Ciprés calvo- -Ahuehuete-


I. EL TAXODIUM


      El “Taxodium Mucronatun Ten” es un magnífico árbol, grande, frondoso, medicinal, de buena madera, que tiene hoja perenne pero que, sin embargo, pierde parte de sus hojas en invierno, para dejar pasar los rayos del sol, que es cuando todas ellas adquieren un espléndido color cobrizo, pero vuelve a reverdecer, con brillo, y alegría, al llegar la primavera, en la que sus hojas son de un verde claro, muy vivo, y adquiere una sombra espesa, de hojas verdes oscuras, con el calor del verano. 



        El nombre de Taxodium, tan bello, grande, misterioso y sonoro, viene del griego, de las palabras taxos, que quiere decir tejo, y oídos,  que significa forma, es decir, que define el árbol como un ciprés con forma de tejo.
        El específico mucronatum hace referencia a que sus hojas son mucronadas, es decir terminadas con decisión en punta aguzada pero no punzante.
        Estas hojas son  lanceoladas, es decir que no son redondas sino con forma de lanza, y están dispuestas alternativamente en dos filas de brotes laterales que desarrollan hojas de contextura flexible que, como decimos, son agudas pero no punzantes.
        El hecho de que el follaje del Taxodium sea poco denso al lado de los de otros árboles de hoja perenne y de casi todos los cipreses, permitiendo la visualización de sus ramas todo el año e incitando a la pintura, y de que pierda parte de sus hojas en los inviernos más fríos, ha determinado que se le diera o bautizara con el nombre común o vulgar- vulgo=pueblo - de Ciprés calvo.

       El Taxodium florece en otoño o, como dicen los científicos, naturalistas o sabios en Botánica, es de floración otoñal. Sus flores caen formando largos racimos o conos que parecen  la caída de los fuegos artificiales, como logro final del verano.
  Los conos masculinos terminales son de color púrpura y los conos femeninos solitarios son de color verde. Los frutos que producen son piñas, redondeadas o globosas, protegidas por escamas aplastadas de color pardo rojizo, y dehiscentes, es decir, que se abren de forma natural para que salgan las semillas que en este caso son dos semillas bajo cada escama, dotadas de unas pequeñas alas para ser llevadas por el viento lo más lejos posible, caen en tierra y germinan en nuevos árboles de la especie.


  

NOMBRE COMUN:
CIPRES CALVO










En algunos lugares del mundo, al Taxodium o Ciprés Calvo se le denomina como Ahuehuete, y es la especie o tipo de árbol bajo el que, tal y como cuentan los historiadores y cronistas, Hernán Cortés lloró amargamente después de la desastrosa retirada o huida de la ciudad de México tras la Noche Triste, en que, después de una entrada pacífica en la capital del reino de Moctezuma el chico, los abusos de sus tropas victoriosas provocaron una sublevación de la población indígena y la expulsión del conquistador, que sólo volvió a entrar a sangre y fuego.


El tronco del Taxodium es de un enorme grosor, como de columna de catedral o pata de elefante gigante. Así existe un famoso ejemplar en Santa María de Tula (Oaxaca, México) cuyo tronco tiene 52 metros de perímetro y es considerado por muchos como el árbol más grueso del mundo.

La corteza del Taxodium es fibrosa, de aspecto curtido, de un color marrón rojizo, que se desprende en tiras, y da la imagen de estrías que caen por su tronco como torrentes o cascadas, cual si su piel rugosa y mastodóntica estuviera formada por escamas de pescado o cola de sirena.

Tras la elevación del tronco que emerge de la tierra como gigantesco surtidor o gran ballena que aparece, se produce la ramificación con majestuosa horcadura que pudiera albergar una vivienda es lugar predilecto del juego de las ardillas, a partir de la cual se elevan múltiples ramas  principales hacia el cielo, siempre hacia arriba, siempre casi verticales, como un inmenso candelabro de velas de sombra y sueño”, como un soberbio órgano musical por entre cuyos tubos sueñan con el viento sutiles y armoniosas melodías, diferentes cada día y en cada momento, llevadas por el aire hasta nuestros oídos cuando estamos atentos.

La corteza gris rojiza de las grandes ramas principales que se despliegan desde la horcadura mas  le puede mostrar también como un sedoso pulpo maldocoriano de grandes proporciones que nos mira con la comprensión de su pacífica alma neptúnica y nos ofrece sus brazos para columpiarnos en el viento y en el agua transparente y cristalina o para sentarnos a leer en el banco que cobija a su pie.



El Taxodium o Ciprés calvo es un árbol de gran porte, pues en su zona de origen, Texas, México y Centro América, hasta Guatemala, ha llegado a alcanzar los cincuenta metros de alto, pero de costumbres muy razonable y austeras, sencillas y hasta rústicas, pues no es muy exigente con el nivel freático de los suelos y  sobrevive y se contenta con poco, menos delicado y exigente que, por ejemplo, el Taxodium distichum que necesita mayores calidades de suelo freático.

Siempre tiene el Taxodium o Ciprés calvo un gran tronco, de cruz no muy alta, que se despliega inmediatamente en multitud de ramificaciones principales muy verticales, a diferencia de otros muchos árboles, que crece a un ritmo medio, ni muy rápido ni muy lento, lo que le da una buena madera que ni es frágil ni de excesiva dureza, por lo que puede ser útil y no es terriblemente dura de tallar. El conjunto de sus ramas le dan en su juventud una forma cónica que con el tiempo y su madurez se va transformando en ovoidal irregular  debido a su expansión.

Como decimos, el follaje del Taxodium es poco denso, lo que permite apreciar sus bellas ramas verticales y horizontales de gran candelabro natural, a veces verde, a veces dorado, animado siempre por sus hojitas, de un verde muy claro y brillante en primavera, tanto por el haz como por el envés; de un marrón algodonoso en invierno.
 



II- EL TAXODIUM DE EL RETIRO




En el parque de El Retiro sólo hay un ejemplar de Taxodium, en el Panterre, el jardín de estilo y método cartesiano francés cuya verja  da a la calle de Alfonso XII, frente al Casón del Buen Retiro, antigua Museo de Reproducciones artísticas y hoy edificio incorporado al Museo del Prado, y es un árbol de gran valor cultural y botánico por lo que ha sido catalogado como “árbol singular” por el Decreto 18/92 de 26 de marzo de 1992 con motivo de la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América y de la designación de Madrid para aquel año como Capital de la cultura europea.


Este Taxodium fue plantado en El Retiro después del descubrimiento de América, con semillas traídas del Nuevo continente, en el año de 1633, y tiene pues, si no he echado mal la cuenta, trescientos sesenta y siete años, y está considerado como el árbol y el ser vivo más antiguo del parque y de todo Madrid.


Pero el Taxodium es jovencísimo, pese al gran tamaño que ya ha alcanzado, pues los Taxodium viven, si se les deja, un millar o dos millares de años, como prueba que los hay de esa edad y  se conocen de más de dos mil años.

Se conocen muchas propiedades medicinales del árbol, de su corteza y de sus hojas, pero una planta de tan dilatada longevidad tiene que esconder muchos más secretos y maravillas para permanecer viva, fuente y alegre, tanto tiempo, como expresión de serenidad y reto de los científicos, como inspiradora de dibujantes y músicos, como protectora de niños y ancianos.

Durante la guerra de la Independencia, los franceses convirtieron el parque de El Retiro en un cuartel general y llegaron a colocar una gran pieza de artillería en la horcadura del Taxodium que luego fue tomada por los astilleros de Daoíz y Velarde el 2 de mayo de 1808, de tal manera que en aquellos duros combates se perdió y destruyó la práctica totalidad de los grandes árboles de El Retiro, a excepción de el Taxodium que afortunadamente se salvó y hoy vive feliz y tranquilo en su parque, cual sujeción de fabulosa carpa de circo, circo de la alegría y el sol.

Cuando el cuadro del Guernica de Picasso volvió a España, fue instalado provisionalmente en el Casón del Retiro, justo enfrente y muy cerca del Ciprés Calvo y dicen, dicen los estudiantes y jubilados de la “Asociación de Amigos del Taxodium”, que vela por su conservación, que el árbol y el cuadro mantuvieron largas charlas y amenas conversaciones sobre todo lo vivido y la Historia de España, de ramas a ventanas, de ventanas a ramas, y, tal vez, también a través de las raíces del Taxodium, cuya extensión y profundidad, como la de nuestros antepasados, sólo podemos imaginar, y de las fuentes de inspiración del cuadro en las miniaturas del Beato de Liebana y, más lejos aún, en las pinturas de la Cueva de Altamira.




En el año 1991 se rodeó el Taxodium con una reja de protección, que a él no le gusta, pero acepta pacíficamente hasta que las gentes se civilicen un poco más.


Al pie del Taxodium hay siempre, si se quiere ver así, un guía turístico o “cicerone” vestido de guarda del Retiro que explica a los visitantes las características, datos botánicos, fechas históricas, propiedades médicas y demás curiosidades correspondientes al Taxodium, y en cuyo rostro imaginario   apreciamos los rasgos inconfundibles de un Pedro Salinas, un Fernando Saínz Ruiz, un Juan o un Carlos Marichal, un Luis o un Juan Saínz, etc, que se turnan como buenos amigos para enseñarnolo, nos saluda con toda cordialidad y sonríe a los niños que llevamos. 

(Texto desgrabado  de la conversación entre el Taxodium y Javier Saínz, a fines del siglo XX, y fines de un segundo milenio taxódiómico.)

jueves, 14 de abril de 2011

Información sobre el Ahuehuete de Wikipedia


El ahuehuete, ciprés de Moctezuma o sabino, ( Taxodium mucronatum Ten.), es una especie típica de México, aunque también se le encuentra en zonas muy localizadas del sur de Texas y de Guatemala.[1] [2] [3]

En 1921 para celebrar el centenario de la independencia mexicana, fue seleccionado como árbol nacional, por su esplendor, belleza, longevidad, dimensiones colosales y tradición. Desde tiempos prehispánicos se le han atribuido cualidades sagradas y estos árboles han sido parte de leyendas y de la historia de diversas poblaciones y lugares.[2


Etimología

Su nombre proviene del náhuatl āhuēhuētl que significa "árbol viejo de agua", debido a que crece en lugares donde abunda el agua.
También es llamado penhamu en tarasco (Michoacán). De hecho los nombres de Pénjamo en Guanajuato y Penjamillo en Michoacán significan el lugar de los árboles ahuehuetes. Hay muchas otras comunidades que toman su nombre del árbol ahuehuete como Ahuehutitlán en Oaxaca, Ahuehutzingo en Puebla y Ahuehuetitla en Hidalgo, todas localidades de México.


Descripción y hábitat


Son árboles con fronda perenne[4] [3] y subperenne, con troncos de diámetros considerables entre 2 y 14 metros y alturas de hasta de 40 metros. Las hojas están ordenadas en espiral y yacen en dos filas horizontales superpuestas y son de uno a dos cm de largo de uno a dos mm de ancho. Las piñas son ovales de 1,5 a 2,5 cm de largo y de uno a dos cm de ancho.
Siempre tiene hojas, pues crecen hojas nuevas antes de que caigan las viejas.[3] Produce semillas todo el año, sobre todo entre agosto y noviembre.
Son árboles longevos. Uno de los más antiguos, el árbol del Tule en Oaxaca, se estima que tiene alrededor de 2,000 años de edad.
El origen de estos árboles se remonta a la Era Mesozoica, entre 100 a 200 millones de años, cuando las coníferas dominaban el paisaje y formaban impresionantes bosques primitivos.
A diferencia de otros cipreses que habitan zonas pantanosas, los ahuehuetes siempre habitan las orillas de los ríos, arroyos y riachuelos permanentes, donde la base de los árboles se encuentra sumergida la mayor parte del año. Normalmente se acumulan formando galerías de árboles. Viven principalmente a alturas entre 300 y 2500 metros, aunque a alturas mayores es menos abundante.[2] [1]


Ahuehuetes Famosos en México



Ahuehuete de la noche triste, pintura por José María Velasco


Muchos de estos árboles están protegidos como monumentos.
El llamado árbol del Tule -- ver más abajo
El árbol de la Noche triste bajo el que el conquistador español Hernán Cortés lloró la derrota de una batalla contra los aztecas y la pérdida de casi la mitad de su ejército. Todavía puede observarse este árbol en la calzada México-Tacuba, en la Ciudad de México
El Árbol Sagrado en Ocuilán de Arteaga, EdoMex, que recibe a los peregrinos que llegan al santuario de Chalma
Los bosquecillos de ahuehuetes plantados por Netzahualcoyotl en los alrededores de Texcoco, entre ellos el ahora Parque Los Ahuehuetes o Parque Nacional El Contador, al suroeste del pueblo de San Salvador Atenco, en el Estado de México (coordenadas 19°32'48.22"N, 98°55'27.80" W)
El Sabino de San Juan, con casi 4 metros de diámetro, 25 metros de alto y alrededor de 700 años. Está ubicado en Xochimilco, en la Ciudad de México
Los ahuehuetes sagrados del bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México
Los ahuehuetes de Coyoacán
En el parque "Los Viveros"
En el Jardín Hidalgo -- retoños del de Santa María del Tule, traídos de Oaxaca
En el jardín de Frida Kahlo, cerca de "La Conchita"
El llamado "El Pino" en Valle de Bravo
Los ahuehuetes de "Casa de Campo" en Xalapa, Veracruz
El Árbol de Ahuhuete localizado en la localidad de Ahuhuetes del Municipio de Santiago Yaonáhuac, siendo este árbol representativo de dicha localidad y del municipio.
El ahuehuete ubicado en Teoloyucan sobre una de sus calles,crece con una altura y cirunferencia mayor a los de la zona y en su tronco tiene un altar
El Sabino Gordo, ubicado en la ciudad de Múzquiz, Coahuila en medio de una calle lo que lo a hecho muy popular en aquella ciudad del norte de México, un hotel lleva su nombre asi como varios establecimientos comerciales etc...
El Sabino Gordo, que se localiza en la hacienda Espíritu Santo, en General Terán, Nuevo León. Tiene un diámetro de 5.3 metros y una altura de 18 metros. Su edad se calcula en mil años.
Ahuehuetes en España
En los Jardines del Retiro, Madrid
En el Jardín del Príncipe de los Jardines de Aranjuez, Madrid


Aunque los mejores ejemplares de ahuehuete se encuentran en México, en España también hay ahuehuetes notables tanto por su belleza como por su tamaño. Se puede destacar un ejemplar que existe en el Jardín del Buen Retiro en Madrid, España, plantado probablemente en 1632, con un diámetro de 2 m y 30 m de alto. También hay algunos ejemplares importantes en el Jardín del Príncipe (Aranjuez), uno de ellos sobrepasa los 40 m de altura.
El árbol más grueso del mundo


Artículo principal: Árbol del Tule





Taxodium mucronatum, "árbol del Tule" en Santa María del Tule, Oaxaca, México


El ciprés mexicano llamado "El Gigante" o "El Árbol del Tule" está en el atrio de la iglesia de Santa María del Tule, Oaxaca, México y tiene el récord mundial de ser el árbol más grueso del planeta. Según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue] tiene un diámetro de 14,05 metros, una altura de 41,85 metros y un peso de 636,107 toneladas. Su perímetro alcanza los 46 m.



Este ahuehuete está en competencia con las secuoyas (árbol gigante, Sequoiadendron giganteum ) de California, EUA que llegan a alcanzar cerca de 9 metros de diámetro en la base del tronco y más de 90 metros de altura, lo que los hace ser los árboles más voluminosos de la Tierra.


Usos


Además de su uso ornamental, tiene varios usos religiosos, ya sea en ritos tradicionales mexicanos o en procesiones y altares.[2]
En la herbolaria mexicana se usa su corteza, resina y hojas para tratar varias enfermedades, principalmente la corteza quemada, como astringente y cicatrizante y para sanar quemaduras y úlceras.


Su madera es suave y débil, así que no se usa para la construcción.[2]


Referencias

a b Sternberg, Guy; James Wesley Wilson (2004). Native Trees for North American Landscapes: From the Atlantic to the Rockies (en inglés). Timber Press, pp. 476. ISBN 0881926078, 9780881926071.
a b c d e «The IUCN Red List of Threatened Species(tm)» (en inglés). Consultado el 2 de febrero de 2009.
a b c Fralish, James Steven; Scott B. Franklin (2002). Taxonomy and Ecology of Woody Plants in North American Forests (en inglés). John Wiley and Sons, pp. 123. ISBN 0471161586, 9780471161585.
Tripp, Kim E.; J. C. Raulston (2001). The Year in Trees: Superb Woody Plants for Four-Season Gardens, 2 edición (en inglés), Timber Press, pp. 111. ISBN 0881925217, 9780881925210.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Taxodium mucronatum.Commons
SEMARNAT (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión)


http://www.corredorturisticotexcoco.com/ecologia.htm SEMBLANZA DEL AHUEHUETE Y LEYENDA DEL AHUEHUETE ATENCO EDOMEX